Lana Acero Rizada Número 00, 0, 1 y 2

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Lana Acero Rizada Número 00, 0, 1 y 2

12,95 €

Disponibilidad según variantes - (Imp. No Incluidos)

Marca: LANA ACERO  •  EAN / Cod. Barras: 5413

NÚMERO



La lana de acero para pulir es una herramienta profesional esencial en el tratamiento y restauración de pavimentos. Este material especializado, fabricado mediante un proceso de trefilado que le confiere su característica textura rizada, permite conseguir resultados excepcionales en el mantenimiento y recuperación de superficies desgastadas. Su capacidad única para decapar y abrillantar simultáneamente la convierte en la elección preferida de los profesionales del sector.



La lana de acero para pulir representa una solución profesional imprescindible en el tratamiento de superficies. Este tejido metálico rizado, fabricado mediante un proceso de trefilado especial, se ha convertido en el aliado perfecto para quienes buscan resultados excepcionales en el mantenimiento de pavimentos.

La lana de acero destaca por su versatilidad y eficacia en múltiples aplicaciones. Su estructura rizada única permite una distribución uniforme de la presión durante el pulido, lo que resulta fundamental para lograr un acabado profesional en superficies como terrazo, piedra natural y hormigón. El entrelazado específico de sus fibras crea la porosidad ideal para conseguir una cristalización perfecta.

Cuando hablamos de lana de acero para abrillantar, nos referimos a un material que revoluciona el proceso de restauración de suelos. Su capacidad para decapar y pulir simultáneamente permite optimizar el tiempo de trabajo, mientras que su textura especial garantiza un abrillantado uniforme y duradero. Es especialmente efectiva en la recuperación de suelos de terrazo, donde consigue devolver el brillo original sin dañar la superficie.

Recomendaciones de uso de la bobina de acero

  • Utilizar siempre con máquina rotativa para obtener resultados óptimos
  • Mantener una velocidad constante durante el proceso de pulido
  • Trabajar por secciones para garantizar un acabado uniforme
  • Reemplazar la lana cuando pierda su capacidad abrasiva
  • Almacenar en lugar seco para evitar oxidación
  • Emplear productos cristalizadores específicos para cada tipo de superficie
  • Realizar una prueba previa en una zona poco visible
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